jesus miguel lugo badillo

TRATADO DE LIBRES INSURRECTOS

En Colombia, se avecina uno de los acontecimientos significativos el siglo XXI. El “tratado de libres insurrectos”. Dicho tratado, consta del intercambio de armas que han asesinado, secuestrado, usurpando tierras y demás causantes acciones, a cambio del libre acceso a instituciones políticas, puestos políticos y vida tranquila en sociedad.

La lucha que ha durado más de 40 años, la ha causado el abandono progresivo del Estado de la clase menos favorecida junto con políticas de desarrollo inapropiadas combinadas con la corrupción. Es apenas lógico, que los insurrectos en mención, luego de media vida perdida en el anonimato, permitan su rendición sin nada a cambio.

Las condiciones para dar inicio a las negociaciones, son el cambio en la carta de navegación de la patria, hacia el lugar donde debe llegar el nuevo colombiano. Para ello, desde lo más intimo de la selva Colombiana y desde la Casa de Nariño, se reescribe la carta para preparar el terreno del futuro rumbo de la nación.

Es muy doloroso, que hubiera ocurrido este cambio con base en sangre y fuego, pero lastimosamente así se desarrollo la patria.

Esta posible negociación, no es una idea desarrollada por ambas partes, sino que viene dándose porque desde hace aproximadamente 12 años atrás, la patria ha hecho cambios en los modos de hacer política y dirigir el país, gracias a  los grandes mandatarios que ha tenido Colombia (Cesar Gaviria, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Santos).

En primera instancia se tuvo que luchar contra el narcotráfico y la influencia que ejercía entre las instituciones del estado. Luego la lucha contra los paramilitares y guerrilla, finalmente acabando la corrupción y diferentes inequidades en el plano social (Dimensiones del estado: acceso a la educación, tierras, vivienda, salud, empleo).

El mejoramiento de todas estas dimensiones de la patria, ha preparado el terreno para que los insurrectos y los Colombianos en cabeza del presidente Santos, desarrollen unos acuerdos de tipo “político” y pactar el tan anhelado acuerdo de paz, o a lo que yo llamaría tratado de libres insurrectos, porque eso es lo que se va a canjear: asesinos y secuestradores-vida libre y acceso a política, similar tratado se le dio a los paramilitares, que en otras cosas aun siguen asesinando.

De modo que el mejoramiento en las dimensiones del país junto con la voluntad del gobierno y el apoyo de todos los colombianos, se crea el ambiente propicio para alcanzar la paz. No hay duda que esta paz no la alcanza el presidente santos, sino que es un logro de varios ex presidentes en años atrás, buscando acercamiento, mejorando políticas de gobierno, implementando políticas avanzadas etc.

Lo que viene ahora para Colombia es grande, de seguro, todos aquellos recursos que se invertían para la guerra, de seguro se invertirá en el desarrollo, en mas investigación, mejoramiento de la justicia y la tecnología. De este modo en el corto tiempo de seguro en 10 años, seremos la potencia de América latina. Tenemos el potencial, cada colombiano es único y especial. Nacimos no para desangrarnos, sino para ser líderes de la región.

Personalmente me veo caminando por las calles de mi Colombia adornadas con bellos paisajes, armonía entre las personas y sobre todo cuando se crean discrepancias, se resuelvan con el pensamiento de avanzada.

Me despido de este papel informático muy emocionado, porque creo que después de mucho dolor, sangre y dinero gastado por parte del estado, veo una luz para que podamos ser la potencia latina que estamos destinados a ser.

Autor.

Lic. Jesús Lugo.